Los neutrinos. La realidad supera la ficción
Por F.Javier Martínez
Según la ciencia un neutrino sería una “partícula subatómica de tipo fenoménico, de carga neutra y espín ½”. No sé vosotros pero yo no me he quedado igual... La cosa es que, al parecer, los neutrinos estos son muy pequeños, tan pequeños que no se sabe si quiera si son. Sí, habéis leído bien. Para hacerse una idea baste decir que si uno se imagina que un electrón puede ser pequeño, el valor de nuestros amigos parece ser unas doscientas mil veces más pequeño que el de los electrones.
Su existencia quedó demostrada experimentalmente en 1956 cuando Clyde Cowman y Frederick Reines lograron bombardear agua pura con una gran cantidad de ellos y observaron las emisiones luminosas siguientes. La mayor fuente de neutrinos es el Sol debido a la innumerable cantidad de reacciones que se suceden en su núcleo. Pero los humanos tenemos otras fuentes como son los aceleradores de partículas y las centrales nucleares. Los primeros están destinados a medir lo infinitamente pequeño para buscar los elementos fundamentales que componen la materia y lo hacen acelerando los componentes del núcleo del átomo hasta alcanzar velocidades cercanas a la de la luz y conseguir aumentos de energía. Las centrales nucleares, como ya sabéis, se dedican a generar energía eléctrica mediante el uso de materiales fisionables (dividibles) que proporcionan calor mediante reacciones nucleares y pueden generar hasta 50.000 neutrinos al día.
¿Para qué sirven?
Siguiendo el sentido común de un niño ahora tocaría preguntarse: ¿Y para qué sirven los neutrinos?. Bien, parece ser que siendo tan pequeños los neutrinos son lo más grande. La parte de la física que se dedica a estudiarlos es la llamada “Física de Partículas” o “Física de Altas Energías”. Esta disciplina estudia los componentes elementales de la materia y las interacciones entre ellos, es decir, lo que sustenta todo este monumental entramado en el que nos movemos y que llamamos Universo. Y para que os convenzáis de su importancia os contaré algo que, aunque parezca mentira, no he sacado de un capítulo de Mazinguer Z: En la mina de Mozumi de la ciudad de Hida, en Japón, a 1000 metros bajo tierra está el Super-Kamiokande o Super-K. No se trata de un androide gigante ni de ningún arma secreta. El Super-K consiste en 50.000 toneladas de agua pura rodeadas por cerca de 11.000 tubos formando una estructura cilíndrica de 40 metros de ancho por 40 de alto. Los 11.000 tubos son fotomultiplicadores y su misión es amumentar las posibilidades de que los neutrinos interactuen o choquen con otra partícula para poder registrar el cono de luz que produce ese choque o interacción.
Lo atraviesan todo
¿Que como llegan los neutrinos al depósito del Super-K?. Pues atravesando la montaña, naturalmente. Y es que los neutrinos lo atraviesan practicamente todo. Son capaces de recorrer distancias interestelares sin chocar con nada. Atraviesan planetas, meteoros, montañas, nos atraviesan a nosotros... Dicen que se necesitaría un bloque de plomo de una longitud de UN AÑO LUZ para detener alrededor de la mitad de los neutrinos que lo atraviesan. Alguien dijo una vez que el abismo que recorre el camino hacia lo infinitamente grande es igual de descomunal que el que recorre el camino hacia lo infinitamente pequeño.
Parece que va a ser verdad eso de... “Las cosas no siempre son lo que parecen...”
Neutrinos