14 de febrero de 2007

Hillary y Obama, dos "minorías" para suceder a Bush

Por Emilio S. Zaballos

Un año antes de que se celebren las elecciones presidenciales de EEUU, la carrera entre los precandidatos del Partido Demócrata ha comenzado. Lo que sí parece seguro es que el demócrata que salga elegido tendrá un doble reto, suceder políticamente a Bush y salvo sorpresa, ser el primer presidente de los EEUU perteneciente a una “minoría”. Los dos principales aspirantes son Hillary Clinton, mujer y ex primera dama, y Barack Obama, joven y afroamericano.

Hillary Clinton, que nació en Chicago en 1947, es la primera mujer que aspira a presidir los EEUU tras el anunció oficial en su página web: “estoy dentro y estoy dentro para ganar”. Hillary creció en un ambiente conservador e incluso apoyó en 1964 la campaña del republicano Barry Goldwater. Cuatro años después conoció a Bill Clinton y se unió a las filas demócratas. Licenciada en derecho, ha tenido que superar constantes crisis matrimoniales e infidelidades como la de Mónica Lewinsky, de la que dice lo ha contado todo en su libro “Living History” para no tener que pasar más veces por ese bochorno.

Hillary emprendió su carrera política, que había estado fraguando durante los años de la Casa Blanca, en el Senado. Apoyó la intervención en Irak de 2003 y salió en defensa del entonces ministro de defensa Donald Rumsfeld, acusado de enviar un número insuficiente de hombres al país árabe. Poco a poco ha ido acercándose a posturas más progresistas para ganarse al electorado y ha defendido universalizar la seguridad médica como escribió en el Washington Post: “pagan simplemente por recibir una atención que no les garantiza los mejores tratamientos”. Ha apoyado en el Congreso las leyes para aumentar el salario mínimo de los trabajadores, que beneficien a los estudiantes, las familias más necesitadas y las empresas que empleen mano de obra estadounidense. Se ha mostrado contraria a la bajada de impuestos de la administración Bush y a su política de medio ambiente, dejándose incluso seducir por las normas “impuestas” por el Protocolo de Kioto.

Barack Obama
"En ningún otro país de la tierra es siquiera posible mi historia ", dijo en la convención demócrata de 2004 un joven y enérgico Barack Obama. Nacido en Hawai, de padre emigrante keniano y madre blanca de Kansas, se crió en Jakarta y Honolulu. Depués, estudió ciencia política en la Universidad de Columbia, en Nueva York y derecho en Harvard. El senador demócrata por Ilinois desde 2004 es todo un fenómeno mediático en EEUU y se ha convertido en el primer potencial aspirante a la presidencia que admite haber consumido cocaína durante su juventud.
Los cronistas políticos se asombran de cómo Obama cruza las líneas ideológicas de raza para seducir a todo tipo de votantes. No sólo entre las minorías o las comunidades negras sino también entre los votantes de los condados predominantemente blancos.


Las otras dos alternativas demócratas
A una importante distancia según las encuestas están otros dos posibles candidatos a la presidencia por el Partido Demócrata: John Edwards y Bill Richardson.

Edwards, que ya compitió a la vicepresidencia de EE.UU. en las elecciones de 2004 junto a John Kerry, nació en Carolina del Sur, cursó estudios de derecho y ejerció brillantemente como litigante antes de que la muerte de uno de sus hijo le hiciera reconducir su carrera a la política. Anunció su intención de presentarse a las elecciones en YouTube y entre sus prioridades está lidiar con el calentamiento global y reducir la pobreza y el número de tropas estadounidenses en Irak (“podemos aumentar las posibilidades de éxito si dejamos claro que vamos a dejar Irak y no nos quedaremos allí para siempre").


Richardson, gobernador de Nuevo México, fue embajador de EEUU ante las Naciones Unidas y secretario de Energía durante la administración Clinton y podría ser el primer hispano en aspirar a la Casa Blanca. En 1997 el presidente lo designó como embajador de EEUU en las Naciones Unidas, un puesto que conservó hasta 1998 cuando pasó a ser secretario de Energía hasta el fin de la legislatura. El próximo presidente de EEUU "debe sacar a nuestras tropas de Irak sin demoras. Conozco bien el Oriente Medio y está claro que nuestra presencia en Irak no está ayudando nada", ha manifestado Richardson.


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