Mika. Una bocanada de pop fresco y directo
Por Emilio S. Zaballos
Este libanés de 23 años afincado en Londres escribe en el perfil de su web: "en el colegio nunca encontré mi sitio, así que me metí en el mundo de la música". Pero no parece que las cosas hayan cambiado mucho. Ha logrado el éxito en las listas de ventas de medio mundo y aun así parece que no acaba de encajar en ningún lugar. "El público alternativo me margina por mi obsesión por las buenas melodías, mientras las grandes discográficas me rechazaron por considerarme demasiado raro", explicó al periódico The Independent.
Aunque Mika haya sido elegido como el artista más prometedor del año en la prestigiosa encuesta anual que realiza la BBC entre más de 130 profesionales de la música, para mucha gente no deja de ser un niño bien de melodías facilonas y comerciales que, imitando a Freddy Mercury, intenta hacerse un hueco en la industria. Sin embargo, para otros muchos es una bocanada de aire fresco de pop con influencias muy claras; el primer artista que en muchos años es capaz de hacerles sentir vivos y animarles el día con una melodía.
Lo cierto es que Mika recuerda, tal vez en exceso, a los inicios musicales del malogrado Mercury, a las melodías de Scissor Sisters o a los movimientos convulsivos de Mick Jagger. Su primer disco es fresco, directo y muy accesible. Diez cortes entre los que hay hits de la talla de "Grace Kelly", "Relax, take it easy" o "Billy Brown".
Mika ha hecho un álbum de debut que a buen seguro estaría encantado de firmar la desorientada-mega-estrella Robbie Williams. Ahora, el problema de este prometedor artista es encontrar su verdadero sitio. Si no eres U2 o Coldplay es difícil hacer una carrera coherente si al mismo tiempo anuncian tus politonos en El Tomate y estás en el cartel del Summercase. Aunque, tal vez Mika tiene un sitio reservado entre los elegidos que son capaces de hacerlo.
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