9 de abril de 2007

¿Sería capaz la belleza de llamar la atención en un contexto banal?

Un experimento del diario The Washington Post publicado en su dominical ha analizado la reacción de la gente ante la música tocada por uno de los mejores violinistas del mundo que actuó de incógnito en el subterráneo estadounidense.

El famoso violinista estadounidense Joshua Bell ha demostrado que, pese a tocar de forma magistral, si lo hace en el metro de la capital de EEUU, los pasajeros pasan de largo ante su virtuosismo. En los 43 minutos que tocó, recaudó en su estuche 32 dólares y 17 céntimos -donados a la beneficencia-, una cifra muy lejana a los 100 dólares que los amantes de su música pagaron tres días antes por una entrada para verle en el Boston Symphony Hall.

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