19 de marzo de 2007

El desnudo de Pataky da vergüenza ajena

Por Emilio S. Zaballos

Esta mañana me he quedado asombrado al ver las fotos que ha publicado Interviú de la cada vez más guapa Elsa Pataky. Después de una breve, muy breve, discusión con compañeros/as de trabajo sobre la naturalidad de sus pechos, he caído en lo especial de las fotos: demasiado posadas para estar robadas y excesivamente amateur para estar pactadas.



Las fotos de Interviú -y que no reproduzco por coherencia- están robadas durante una sesión pactada para un número especial de la revista Elle en una playa privada –siempre he dudado sobre si eso es posible- de Cancún. El escándalo en el mundo del corazón está servido. Son muchas las polémicas que surgen cada semana en este negro negocio, pero en este caso, creo que se ha sobrepasado el límite de la ética.

Las leyes no son justas, no puede ser que yo -y eso que no soy famoso- vaya por la calle y que cualquiera pueda sacarme una foto y comercializarla sin ningún pudor. Se están sobrepasando los límites de los derechos de las personas y no sirve de nada la popular excusa de que los “paparazzi” sólo persiguen a aquellos que han vendido antes su vida. Eso no es verdad y no sirve de justificación. No entiendo porque la gente comprende que te puedas acostar una noche con una persona sin que eso te obligue a volverlo hacer cada vez que ella quiera y no sean capaces de entender que cada uno vende su imagen cuando, como, donde, porque y para lo que le da la gana, que para eso –y por mucho personaje público que sea- es suya.

El caso de Elsa Pataky, que gracias a su trabajo y un estupendo físico se está abriendo camino en el mundo del cine, es escandaloso. El fotógrafo, ya sea del propio equipo de Elle -que lo dudo-, de un aficionado –que me extrañaría-, o de un “profesional” del teleobjetivo, se habrá ganado una cifra astronómica. Seguramente, a no ser que su ansia de reconocimiento entre las sanguijuelas de la profesión le supere, nunca sabremos a ciencia cierta quien ha sido y en su círculo personal podrá presumir de haber logrado violar la intimidad de la Pataky.

En cuanto a Interviú, y dejando de lado la ética profesional, la jugada le habrá salido económicamente redonda pero dan vergüenza ajena y parte de culpa la tienen los jueces y sobre todo las leyes. Es difícil compensar el daño profesional y moral hecho con las fotos, pero sería de justicia que todo el incremento de beneficios que tuviera la publicación respecto al número anterior fuera requisado y entregado en concepto de daños y perjuicio a Elle y sobre todo a la actriz.


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