5 de enero de 2007

Bruce Springsteen, nacido para triunfar

Por Adolfo Sánchez

Jon Landau, crítico de la Rolling Stone andaba deprimido. Tenía problemas personales y decidió salir de casa, airearse, evadirse. Llegó a la altura del Harvard Square Theatre de Cambridge donde esa noche tocaba un viejo conocido. Un par de horas más tarde salía eufórico y esa misma noche escribió “En una noche en la que necesitaba sentirme joven, él me ha hecho sentir como si estuviera escuchando música por primera vez”. Era mayo de 1974.


Esas palabras fueron trascendentales no sólo para el futuro de Bruce, sino para el del rock and roll. Por un lado, sirvieron para que el “Jefe” buscara por todos los medios que Landau estuviera con él en la producción de su nuevo disco. Eso sí, antes tendría que convencer a Mike Appel, su productor hasta entonces, para compartir responsabilidades. Por el otro, estas palabras frenaron el enfado de la CBS que estaba dispuesta a cortarle la cabeza a uno de sus artistas más prometedores, que sólo había grabado un par de álbumes y que no acababa de despegar. Un artista que ni daba entrevistas, ni quería actuar de telonero.

Cambios en la formación
Los problemas eran una constante durante a grabación del disco. La E Street perdió alguno de sus más importantes miembros. Vinny Lopez cedió su puesto en la batería a Ernest “boom” Carter, quien tras grabar “Born to run”, la joya del disco, también se marchó. (Curioso que un músico que ha pasado sin pena ni gloria por la banda haya participado en la mejor canción de Bruce). En el verano de 1974, un anuncio en un periódico de Nueva York pedía “batería, piano, trompeta y violín para grupo de rock”. Este reclamo a trajo a dos músicos míticos para la banda. El batería Max Weinberger y el pianista Roy Bittan.

La presión era máxima. Springsteen actuaba cada noche y, a la mañana siguiente, acudía al estudio para continuar la grabación. Este ritmo le llevó a un colapso nervioso durante una de sus actuaciones. El tercer álbum se paralizaba de nuevo. Pasaban los días, las semanas y no se veía el final. Lo que Bruce quería era encerrar toda la energía de uno de sus conciertos en un LP. Canciones que cada noche interpretaba en directo y que hacían saltar a los espectadores de sus asientos, en el estudio sonaban muertas y sin vida. Las sesiones en el estudio eran largas y extenuantes. Todo tenía que ser tal y como él lo imaginaba. Cada sonido, cada detalle, cada estrofa, cada canción o cada nota debían verse desde todos los puntos de vista antes de dar el visto bueno. La CBS presionaba, pero Springsteen argumentaba que “la fecha de lanzamiento es un solo día, pero un disco es para toda la vida”. En el último momento, a punto estuvo de desechar la mitad del álbum y recurrir a grabaciones en vivo de los temas. Al final, Landau le tuvo que hacer entrar en razón, “Mira tu eres la última persona a la que la debe gustarle este disco”.

Sale a la venta
A principios de octubre de 1975 el disco llega a las tiendas. El álbum subió hasta el número 3 de las listas y “Born to run” al 23. Pero lo más importante es que vendió más de 1 millón de copias que lo catapultaron al estrellato mundial. La prueba de que algo muy grande había sucedido la tenemos cuando se produjo uno de los hechos más insólitos en la prensa de Estados Unidos. Time y Newsweek, los más emblemáticos semanarios estadounidenses aparecieron con Bruce en la portada. Que una figura del rock fuera portada de uno de estos semanarios era realmente difícil, pero que lo hiciera en una misma semana en ambas publicaciones era histórico. Jamás había sucedido y nunca ha vuelto a suceder.

LOS CUATRO PILARES DEL DISCO
Bruce daba sus conciertos en clubes de New Jersey, Massachussets o Nueva York, lugares muy afectados por la crisis industrial que vivía el país en esos tiempos. El protagonista de Thunder Road intenta convencer a Mary, su chica, para que deje atrás todo lo que la ata a su pasado, se suba al coche y huyan juntos en lo que es su última oportunidad para hacer algo grande. No más canciones de Roy Orbison, no más lágrimas y desesperación. “Well I got this guitar and I learned how to make it talk. And my car's out back If you're ready to take that long walk”

Backstreets es la historia de un amor traicionado. Dos jóvenes se habían jurado amistad eterna y, cuando, al final Terry se va con otro, el chico no sólo pierde a una amante idealizada, sino a una amiga que lo había compartido todo con él. “It don't matter to me now when the breakdown hit at midnight. There was nothing left to say but I hated him and I hated you when you went away”

Born to run es un himno a la evasión. Es una canción que huele a gasolina y lubricante por todos los lados . El sonido de las guitarras se asemeja al de cientos de motores rugiendo salvajes a toda velocidad. Buscas tu sueño y lo vas a conseguir. “In the day we sweat it out in the streets of a runaway American dream. At night we ride through mansions of glory in suicide machines”.

El ultimo punto cardinal del disco es Jungleland. Se trata de uno de los temas más soberbios y espectaculares no solo del disco, sino de toda la discografía de Springsteen. Hablamos de una verdadera historia de amor, dramática y dura, violenta y apasionada. Los pandilleros no perdonan, Rat Magic y su chica pagarán su osadía, el amor entre miembros de las bandas está prohibido. “The rangers had a homecoming in Harlem late last night and the Magic Rat drove his sleek machine over the Jersey state line. Barefoot girl sitting on the hood of a Dodge drinking warm beer in the soft summer rain…Together they take a stab at romance and disappear down Flamingo Lane”


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